Prince of Persia: the Forgotten Sands – el rey de las plataformas

 Prince of Persia the Forgotten Sands Hay pocos juegos míticos como el Prince of Persia, rey de las plataformas, de los equilibrismos, del saltibamquismo como forma de vida, un incunable del invento gamer en la primera época de Mario Bros, Sonic, el Tetris y todo aquello, ahora vintage. Pero envejece raro, por mucho que se haya esmerado Ubisoft con Prince of Persia: las Arenas Olvidadas en un lavado de cara con ocasión del tirón de la película de Hollywood. Para empezar, ni el prota del juego es el mismo del film. Después, cierto aburrimiento en trepar y trepar (la copa aún sigue a rebosar con partes del Uncharted 2) salvo para fanáticos de vivir con R2 pulsado y no para disparar precisamente.

El príncipe (rey de las plataformas en realidad) debe ayudar a su hermano Malik contra un ejército de las tinieblas, el de Salomón, incontrolable. Y entre correteo y correteo por las paredes de edificaciones sin fin, van pasando las incontables plataformas. La adaptación a la nueva generación de consolas, tras la experiencia anterior de 2008, es superior y es un juego correcto que nada tiene que ver con la película de los cines, por suerte, vistas otras experiencias.

 Prince of Persia: the Forgotten Sands: Ubisoft recupera el espíritu saltimbanqui de un clásico

Hay novedades implementadas interesantes en la jugabilidad, como aprender de los errores, memorizar zonas para reconstruirlas o parar del tiempo de manera que el agua como que se congela para aprovecharse de su nuevo estado sólido. El apartado de combate y de puzzles es minoritario y realmente básico y rudimentario. En realidad, nunca se puede uno olvidar de que esto es un juego simple pero adictivo de plataformas y con ese espíritu se ha atrevido Ubisoft. Esperar otra cosa es una pérdida de tiempo.

La calificación por edades (PEGI 16) es cuanto menos ridícula. A estas alturas del partido, llevar hasta los 16 años la historia de un protagonista dando mandobles contra enemigos no tan monstruosos que desaparecen cuando son vencidos (sin una gota de sangre) es como ponerle puertas al campo, bizarro cuanto menos. Hay auténticas barbaridades que se quedan cortas en otros títulos 16+, pero este juego no lo es. Padres, pues, es casi mejor que el chaval juegue a esto que no a otros títulos gore.