Spider-Man Edge of Time

Como súper héroe popular allá donde los haya en la historia de los cómics, el mito de Spider-Man sigue mereciendo la atención de la industria, centrada en su caso en Activision, con la aparición de una nueva entrega para que no se rompa la media de un título anual, al menos, de Peter Parker dentro del disfraz de hombre araña. Y como la imaginación también se debilita, ahora se tira del túnel del tiempo para que se reencuentre, ni más ni menos, que con su sosías del futuro, Miguel O’Hara, el de 2099.

Spider-Man Edge of Time

Bravo, una vez más, por las vueltas de tuerca, concepto acuñado por el escritor Henry James y tan apropiado en esta oportunidad. Sólo que las tuercas, a veces, se rompen de tanto desgaste. Pero no es grave la cosa, porque se pasan también buenos ratos en Edge of Time, aunque nunca se cierre el círculo y podamos exclamar: por fin, por fin el juego con mayúsculas de Spider-Man. Igual los hay peores y no hace tanto: videojuegos sobre el ídolo de Marvel los hay de todos los colores. Este de ahora pasa con facilidad del gris al arco iris. Y es una lástima, porque el comienzo prometía y hay momentos brillantes, incluso en los títulos de crédito cuando avanzamos. Como si le faltara una lavado de cara antes de ser Gold.

Spider-Man Edge of Time – Apunta maneras pero no remata

El argumento es lo mejor: Antiveneno puede con Peter Parker, a modo de intro del juego, y estamos gracias al agujero temporal de repente en los 70 o bien con O’Hara en 2099, simpre con el villano rondando, el científico Walker Sloan, dueño de una empresa que lo dominará todo, Alchemax, gracias a que él vivió el futuro para planificar mejor el pasado. O’Hara se irá comunicando mentalmente con Parker para tratar de adelantarse a los acontecimientos. Todo muy bien, claro, hasta que la manida jugabilidad convierte la acción por momentos en aburrida y la sensación de repetición de escenarios tampoco ayuda al producto final. Así que habrá que seguir intentándolo. Es la única conclusión.