Hasta hace unos años se podría decir que el mundo del merchan estaba un poco limitado. Sí, podíamos ver figuras de Dragon Ball, las Cloth vintage de Saint Seiya en las tiendas y alguna que otra figura falsa en los salones, así como un gran número de fotocopias editadas, pero… ¿qué es lo que había para los más pequeños?
Los animes para niños cada vez más famosos
Si se echa la vista para atrás, uno puede defender que durante años ha habido animes destinados al público infantil. Doraemon lleva casi tres décadas ya por nuestras tierras, y posteriormente surgieron otras series como Pokémon, Digimon o la ahora tan popular Youkai-Watch.
No obstante, no ha sido hasta la última década que las empresas han optado por explotar al máximo el merchandaising con respecto a estas series. Llevamos años viendo en las tiendas peluches de todo tipo de Pokémon, pero, ¿dónde se podía conseguir una almohada de Doraemon? ¿O comprarse una pokeball oficial que no fuera en un chino o un todo a cien que se rompiera en muy poco tiempo?
La llegada de una serie como Youkai-Watch ha supuesto un cambio en el mercado. Muchas empresas han comenzado a apostar por este tipo de series para sacar todo tipo de productos: sábanas para la cama, mantas, figuritas, juguetes… todo lo que uno pueda soñar de esta serie ahora se puede encontrar en el mercado, y esto incluye también series como Pokémon o Doraemon.
Pero a esta moda también se ha apuntado Dragon Ball con la llegada de su secuela Dragon Ball Super, la cuál ha sido emitida por Boing hasta el episodio 28, censurada eso sí, con la etiqueta de “apto para niños a partir de 7 años”, ante lo que Bandai ha aprovechado para lanzar todo tipo de juguetes como hacía años que no veíamos en las tiendas.
Además, la cooperación de empresas de distribución de anime como Selecta Visión ha ayudado a que las series ganen todavía más popularidad, ya que esta ha sacado a la venta la primera temporada de Youkai-Watch y ha recuperado las películas de Doraemon que Luk International dejó de sacar al mercado por bajas ventas, lo que demuestra que los productos destinados al público infantil están más vivos que nunca en España.