Max Payne 3

Aunque uno tiene grabado en la retina a Mark Wahlberg como el policía Max Payne del mundo del cine, y su brillante y oscura película de 2008 sobre una droga brutalmente adictiva y que esta en el origen del asesinato de su familia que lo envilece, este personaje de los cómics es un símbolo de los videojuegos desde comienzos del siglo con su aparición para aquellos ordenadores que venían tras una generación a los que ya les costaba tirar del Wolfenstein, del Quake y del Doom como para complicarse con aventuras gráficas. Nueve años después de aquello, por una segunda entrega en 2003, llega el MP de la era moderna en consolas de sobremesa además del PC.

Max Payne 3 – El mito está de vuelta, el éxito está garantizado

Max Payne 3En manos de Rockstar, y eso es un hecho, es difícil que un juego no alcance el sobresaliente. Precedentes recientes los tenemos. Y variados. Ahora es capaz de recuperar en una estupenda intro a un siempre torturado y alcoholizado Max Payne ya mayorcito, jubilado incluso, para ofrecernos un espectáculo en tercera persona que ha recibido, por ejemplo, un 9,3 en MeriStation y otras notas altísimas en medios internacionales. Con modo historia, arcade (sólo con desbloqueables) y multijugador, la experiencia Max Payne (que muchos usuarios no conocerán o al menos sólo de la película) no es solo recomendable, parece hasta imprescindible su seriedad en comparación con otros desfases. Cinco niveles de dificultad (los dos más exigentes por desbloquear), tres de puntería (hay que acostumbrarse a la jugabilidad de encañonar al enemigo), un guión con frases de maravilloso ingenio de cine negro y un realismo que lo acerca a la obra maestra. Quizás con Wahlberg…