Dragon Quest IV: otro clásico revisado, otro acierto para Square-Enix

Dragon quest iv DSParece que la saga Dragon Quest ha encontrado definitivamente el camino que lleva a Europa; si hace un par de años nos llegó el sobresaliente octavo capítulo a nuestras PS2 ahora es el cuarto episodio el que aterriza en la portátil de Nintendo. Y hoy vemos si ha «rejuvenecido» tanto como su homónimo de la saga Final Fantasy.

Como todos sabréis, Dragon Quest forma, junto con Final Fantasy, el binomio de más éxito en Japón en lo que aRPG‘s se refiere (ahora pertenecientes a la misma compañía, Square-Enix), ambas arrastran una historia de más de 20 años, de ahí que cada entrega sea cuidada hasta el más mínimo detalle, por lo que si se han decidido a hacer un remake no podemos esperar otra cosa que un rotundo éxito. Veamos que lo hace tan especial.

 

El juego nos pone en la piel de un héroe cuyo destino es salvar al mundo de un mal muy poderoso; parece lo mismo que hemos hecho una y otra vez en este tan manido género, lo que no es tan habitual es el modo en el que esta tarea se nos presenta. El juego está separado en 5 capítulos, los 4 primeros centrados en cada uno de los personajes principales, que controlaremos por separado. Esto, que podría parecer algo raro, nos ayuda a familiarizarnos con ellos antes de llegar al punto culminante en el quinto y último de ellos donde sus historias convergen.

En cada uno de estos fragmentos se nos presenta al personaje en cuestión y los objetivos principales a conseguir con él, que van más allá de matar a un determinado monstruo subiendo de nivel desesperadamente.

Comoes habitualen la mayoría de juegos de rol, las batallas suceden por encuentros aleatorios y por turnos. La pantalla superior está destinada a los datos y estados de los personajes y en la inferior introduciremos los comandos pertinentes: atacar, magia, usar objetos, etc., con lo que todo se desarrolla de manera muy clara.

Dragon Quest IV para la DSComo es norma habitual en esta saga no veremos a nuestros personajes una vez entablado el combate, veremos a los enemigos frente a nosotros y desde allí atacarán y recibirán nuestros tajos y hechizos; un estilo peculiar que puede no convencer a todo el mundo dada su sobriedad, lejos de la mayor espectacularidad de su saga competidora. También en los combates, podremos programar las tácticas de nuestros aliados individualmente, de modo que si queremos que un hechicero no haga otra cosa que curarnos durante la batalla, para no tener que efectuar la orden repetidamente, podremos dictarlo así. Por supuesto, podremos desactivarlo en cualquier momento y volver al control normal, pero no deja de dar un toque estratégico a los combates.

Otro detalle que se ha cambiado es que los personajes que no participen en las luchas también subirán nivel, lo que permitirá que todos se mantengan igualados en fuerza para no tener que subirlos por necesidad, ahorrando así un precioso tiempo. De modo que no pasareis las penurias de tener unos personajes en nivel 35 mientras que otros están en nivel 20, con lo que no tendréis que forzar estrategias para los rezagados; además podremos cambiar personajes durante los combates, reemplazando a los caídos o a las víctimas de estados alterados.

Dentro de los contras en la mecánica de juego encontramos que las luchas durante la primera mitad del juego son bastante fáciles, algunos monstruos finales opondrán resistencia, pero para el resto de enemigos bastará presionar el botón de atacar una y otra vez acompañado de alguna cura ocasional; una mayor dificultad no hubiera estado de más.

Y quizás echamos también en falta una mayor variedad de monstruos; tenemos que conformarnos con los habituales cambios de color sobre los mismos diseños para cada cambio de zona. Lo que no falta, eso sí, son los conocidos «limos» (esas gotitas de colores con cara tan cucas) siempre presentes en esta saga.

En el apartado gráfico observamos que el juego ha recibido un lifting increíble, abarrotado de entornos coloridos, brillantes y preciosos, y aprovechando a tal efecto su doble pantalla de una manera magistral otorgándonos un doble campo de visión. Podemos incluso manejar la cámara para encontrar tesoros y secretos.

Las ciudades derrochan encanto con su flora y fauna, y los ciudadanos están, una vez más, increíblemente diseñados (recordemos que todos los diseños son obra del mangaka Akira Toriyama – Dragon ball -, como es costumbre en la saga).

Los enemigos tienen nuevas animaciones, que a veces engañan y nos hacen encontrar una falsa tridimensionalidad, con un sutil pero impresionante efecto. También se han retocado las mazmorras, y los fondos durante los combates cambian la iluminación según la hora del día gracias al reloj interno del juego.

dragon quest IVEn lo que a sonido respecta se han adaptado los sencillos pitidos de antaño por unos, ahora más creíbles, efectos de espadazos y sus correspondientes explosiones.

La música, por su parte, cumple con creces; con varias composiciones para cada capítulo y una pegadiza sintonía para las luchas contra los bosses.

La duración del juego ronda las 35 horas, que serán más si decidimos completar todas las aventuras optativas que tenemos a nuestro alcance, como coleccionar medallas, visitar el casino para jugar al póker o apostar en peleas.

Cabe destacar que se han añadido un par de historias, que sirven como prólogo y epílogo, y explican varios aspectos del juego además de regalarnos una mazmorra adicional. Conforme avance la aventura habrá cambios en las misiones de cada ciudad, por lo que puede ser divertido volver y descubrir que tienen en ellas para nosotros.

Acabamos diciendo que Dragon Quest IV es un juego de rol encantador, absorbente y adictivo, que nos da la oportunidad de disfrutar de tan magna obra en un perfecto castellano y con toda una nueva imagen, y nos da esperanzas de poder disfrutar en un futuro no muy lejano del resto de la saga.