Binary Domain

Binary Domain

Los robots siempre resultan resultones como fuente de inspiración de la literatura, el cine y el cine del siglo XXI, que son los videojuegos. En cambio, están en permanente conflicto con el ser humano (el hombre piensa mal y acierta) cuando se supone que deberían complementar su estado de bienestar, SEGA ofrece el talento del creador de Yakuza para volver a arañar ventas con un juego que bebe directamente en los actuales gustos del jugador, los ‘shooter, en este caso en tercera persona, con todo tipo de acción y la desventaja, eso sí, de tener por competencia a casi todos. Y ahí está la dificultad, jugar en la Liga de Campeones ya es complicado y ganarla, pues eso, más. Pero tiene sus puntos un título de notable factura este Binary Domain, este enfrentamiento contra lo robótico, tan propio del universo apasionante de la ciencia ficción, del futuro en negativo.

http://www.youtube.com/watch?v=Hkvaz-9UkAI

Binary Domain – La infiltración robótica llegará en 2080

Binary domain gameplayTras una pesada instalación, Binary Domain nos deja boquiabiertos con ese Tokio a lo Blade Runner y la acción sin freno desde el principio. Antes, un simple menú de campaña, en línea (se agradece el uso del español y no el término anglosajón permanentemene) y opciones, sólo para configuración. Y SEGA, en su apuesta por agradar, hasta acaba con la trilogía simple del fácil-normal-difícil y dotarle de personalidad a sus niveles de dificultad: camino de rosas, óxido y superviviente. Aún no hemos jugado y sólo hemos visto un frame de unas manos robóticas sobre lo que podría ser el aspecto de una consola portátil en 2080, y Binary Domain destila buenas sensaciones. Pero falta jugarlo, experimentarlo, y ya de primeras surge el inconveniente de necesitar de micrófono para comunicarse mejor con tu escuadrón y no con menús de conversación. Dan y Big Bo, nuestro instructor/tutorial de la jugabilidad básica, están en un Tokio bien llovido y tras hablar de ‘geishas’ se disponen a afrontar el problema que vienen a solucionar: la infiltración de robots humanoides, la amenaza robótica siempre tan grandilocuente por el «se empieza por Tokio y acabará con la humanidad…» que viene a subyacer en sus mensajes de alerta permanentes.

El léxico bélico de peli de Vietnam, sumado al concepto soldado de élite que ya se implantó desde Aliens 2 y hasta el mítico Jean-Claude Van Damme nos acompañará por todo el ‘shooter’ en tercera persona, taimado de adelantos tecnológicos visuales y ciertamente presumibles a finales de este siglo. En cuanto a jugabilidad, no hay originalidad (y no es por rimar), pero también hay que reconocer que es bien complicado reinventar un género que funciona y en el que los actores más grandes de la industria se dejan la piel. La fiebre del oro sigue vigente.