Aladdin de Mega VS. Aladdin de Super: Batalla con final inesperado

portada mega1992 fue un año colosal: Cobi y Curro alegraron Barcelona y Sevilla en Olimpiadas y Expo respectivamente; el Real Madrid se dejó la liga en Tenerife y el Barça se trajo su primera  Champions de Wembley; la secuela de Batman llegaba, Wooppie Goldberg se disfrazaba de monja y Tarantino moría por primera vez en una de sus películas. Mientras tanto, Disney traía una fantasía animada basada en una de las historias de las Mil y una noches, el clásico de Aladino con una versión… un tanto particular.

Volvió locos a niños  y a la comunidad árabe mundial de diferente forma: a los segundos les sentó como un puñetazo en el estómago ver cómo se popularizaba su clásico de una forma tan ‘occidentalizada’ que llegaba a herir sensibilidades. A pesar de la polémica, no impediría la aparición de todo tipo de merchandising en el globo, y los nenes de la época vestíamos orgullosos camisetas de Aladdin, bebíamos de sus tazas, íbamos a clase con sus carpetas y mochilas y destrozábamos nuestros pulgares con sus videojuegos, que por cierto, eran maravillosos.

Se dio además un caso particular: las versiones del juego serían diferentes entre sistemas, y cada uno de ellos supo ofrecer una experiencia diferente la una de la otra. Algo que no hizo más que añadir un nuevo ingrediente a la ya de por sí descomunal batalla de consolas en la que muchos chavales de la época nos vimos inmersos de forma involuntaria a principios de los noventa. No tuvimos bastante con Final Fight y Streets of Rage o Sonic y Mario, que ahora toca pelear también por la visión de Virgin o la de Capcom sobre la película de dibujos del año.

La batalla rescatada en tres horas de radio

aladdin megaEl de Mega Drive y Virgin contó con animaciones que salían, directamente, del estudio de animación americano. En los medios españoles regalaban cintas de vídeo en las revistas importantes del momento paseando sus virtudes y ridiculizando a la competencia, que tardó en llegar, pero puso algunos puntos en los que sonrojó al de la 16 bits de Sega:

http://www.youtube.com/watch?v=fqWGCMkwv-E

aladdin superEn Super Nintendo, Capcom tiró del que sería padre de Resident Evil unos pocos años después, Shinji Mikami, y puso en pantalla un plataformas fabuloso que tenía en mente una jugabilidad más depurada a cambio de perder esa exquisita animación que corría espectacularmente por la chipería de la competencia:

La competencia entre consolas, usuarios, Nintendo y la propia Sega ha aguantado veintidós años, pero Mikami, desarrollando actualmente un survival horror que devuelva lustro al añorado genero del terror, The Evil Within, ha destapado el debate de nuevo y ha dado su opinión: el de Mega Drive era mejor. Surrealista giro de los acontecimientos, extrañas declaraciones y confesión que pocos podrían haber imaginado mientras mordíamos bocadillos en patios de colegio.

En realidad todo ha quedado en una historia graciosa y amistosa: Mikami confesó que las animaciones de Mega Drive son mejores, y que si se hubiese visto en la situación de comprar uno u otro, se habría hecho con el de la máquina de Sega. Unas declaraciones a las que respondió Dave Perry, cabeza pensante detrás de la versión rival al saber de la noticia. Habló en Twitter estupendamente del clásico de Capcom y dio la vuelta a la frase, asegurando que si hubiese tenido que elegir, se habría quedado con la del Cerebro de la Bestia.

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La creación de videojuegos de licencias nunca ha sido una garantía de nada. No es menos cierto que antaño existían asteriscos sencillamente fabulosos que hacían creer en ellas, y que firmas como Capcom, Sega o la propia Virgin lograron algunos videojuegos basados en personajes de franquicias de series de dibujos, películas y animación de auténtico órdago. Hoy todo ha cambiado: y las producciones basadas en esos productos de entretenimiento ajenos al ocio electrónico están en peligro de muerte y han tenido que buscar un nuevo hogar en los mercados móviles y digitales.

El caso de Aladdin fue fabuloso. Sencillamente ejemplar. Recordar la historia gracias a Mikami nos ha sacado la sonrisa a muchos nostálgicos de un buen hacer pocas veces visto en un negocio a veces tan frío como el presente. Dos juegos fabulosos en dos plataformas diferentes con dos públicos dispuestos a batallar por ellos. Producciones míticas que han pasado a la historia y que hoy, por muchos motivos, son prácticamente irrepetibles.