Si hay algo en lo que existe una consideración generalizada, una unanimidad, es en que el futuro de la humanidad no pinta nada bien. Pero que nada. No hay relatos, películas o videojuegos en los que, por ejemplo, se solucione el cambio climático, se viva de manera más feliz con la paz y el trabajo digno por bandera o el hombre haya acabado con las enfermedades y las hambrunas. No. Vamos mal e intuimos que el margen de mejora es tan mínimo que sólo se va a empeorar. El positivismo, por tanto, no existe cuando hablamos en futuro. Los videojuegos tampoco van por la vía feliz, sino que exploran lo tortuoso. NeverDead llega como un título de acción en tercera persona donde lo sobrenatural exigirá lo mejor de nosotros mismos para sobrevivir.
http://www.youtube.com/watch?v=lFQgmKjaW2g
NeverDead – Un cóctel explosivo pero de sabor insulso
Música de Megadeth, personajes bien construidos desde perspectiva ‘underground’ y transgresora, inmortalidad, monstruos trabajados desde la perspectiva ventajista del vale todo, acción a raudales (shooter y peleas), humor corrosivo, puzle humano a lo Re-Animator (película de Stuart Gordon, 1985) interactuación con los escenarios, armas variadas y, sin embargo, el poso que deja NeverDead es que no termina de arrancar, de funcionar, de convencer conforme a la expectación creada. El problema, en un contrasentido desconcertante a más no poder teniendo en cuenta los componentes del cóctel descrito, está en que la reiteración del ‘modus operandi’ le va quitando alicientes al reto de NeverDead. Pero se agradece el intento, el tratar de salirse del catón.