Es algo muy americano, tantas veces reflejado en el cine juvenil de Hollywood. Hablamos del despecho del que no es popular, que puede ser atroz por sentirse humillado. Y de eso, aplicado al onírico mundo de los ositos de peluche, en el fondo siempre tan terroríficos, va este juego, una de las sorpresas de la temporada, un Carrie, un Viernes 13 sin Jason y sin careta de portero de ice hockey si no con Naughty Bear, el osito más violento de la historia.
Con el look de un juego infantil, de esos de PEGI 3, aunque con la cara de cabreo del protagonista confirmada por el cuchillo carnicero que porta, el menú nos ofrece de primeras un tutorial. Allí nos aleccionará una voz en off con la cantinela de que «matar es fácil». Tan lúdico consejo nos acompañará en este juego de maldad, porque se trata de ganar maldad a base de maldades, algunas inocentes (sabotear, destruir o quemar regalos), otras dignas del psicópata más excesivo.
Naughty Bear – La revelación de la temporada es un oso tipo Jason, el de Viernes 13
Lo probamos en La Fiesta, el primer capítulo, donde R2 (matar, disparar), cuadrado (atacar, destruir) y x (interactuar, recoger) serán los comandos maestros. Pero nada como matar a hachazos en la cabeza (con el macabro detalle perfectamente conseguido de la dificultad de recuperar el arma clavada, cual hacha en su tronco) a un policía con gorra de plato para que te llamen el hachi-duque.
Y no hay mucho más, que tampoco es poco. Siete capítulos completos para sembrar el terror hacha o pistola en mano (aparecerán más adelante hasta ositos zombis) contra todo tipo de ositos que irán cayendo uno detrás de otro en nuestra espiral de destrucción y violencia, sin sangre, eso sí, que sólo faltaría. Abstenerse mentes sensibles, que cogerle el punto a mutilar rivales tiene su encanto pero desde la completa asunción de que es, simplemente, un videojuego tremendamente original. Ese es su valor más allá de una jugabilidad previsible y una violencia gratuita. Bueno, no, a casi 50 pavos la unidad en PS3 o Xbox.