El mundo gamer está de enhorabuena. La industria se esmera juego a juego y puede ofrecer maravillas sugerentes a mitad de año como el título de ciencia-ficción Lost Planet 2, con menos nombre que otros proyectos pero de una calidad reseñable. Tres años después, Capcom se larga una continuación aplicada, donde acabar con monstruos alienígenas, los Akrid, en E.D.N. III, un planeta de contrastes climáticos extremos y todo tipo de criaturas y facciones de piratas varias.
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Tras un inesperado cambio de la nieve que cubre hasta la cintura, y fenomenalmente reproducida, es imposible no evocar Avatar con los helicópteros y la aparición de la selva tropical más salvaje. Pero es lo que tiene la vida extrema de mercenario de la compañía Nevec. Y disparando, recogiendo todo tipo de armas, cápsulas de vida (lo habitual, vamos) van pasando las escenas de un juego intenso donde ir, siempre en tercera persona, adelante sin mirar atrás.
Lost Planet 2 – Una maravilla sugerente para disparar entre el caos
Seis misiones en el modo un jugador, con bastantes diferencias entre ellas (selva, desierto, apocalipsis, futurismo…), y para una final que dará sentido a la trama argumental. Ahí, y porque disparar también tiene más razón de ser cuando hay una causa detrás que defender, es dónde va perdiendo el juego. Ya no te identificas con un personaje como en la primera parte (10 años después, según la nueva línea argumental). Eres un mercenario (hay hasta cuatro) que avanza acompañado para cargarse todo lo que hay por delante.
Bien hecho está, pero las dosis de intuición al disparar se hacen generalizadas ante el caos reinante habitual, la oscuridad del escenario a veces e incluso la dificultad para identificar a los enemigos. Es por eso que en el fondo se trata de compensar con cierto ahorro de munición. En cualquier caso, dispara y luego pregunta.