Iron Man

Iron-ManSuscribo el entusiasmo por “Iron Man” (2008). No es una gran película, pero sí es muy entretenida y está muy por encima de propuestas similares, realizada con tanto tino como espectacularidad, pensando siempre en los espectadores pero sin tratarlos como subnormales o infraseres sin cerebro.

El punto de partida es trepidante: un productor de armas de visita en Afganistán se encuentra en una emboscada: hecho preso y víctima de sus propios artefactos, deberá utilizar su viva imaginación para escaparse y replantearse su vida desde otros parámetros. No hay luz sin sombra, no hay bien sin mal: y la película juega con esos distingos triviales con deliciosa perversidad. Es una película para niños y adolescentes que sin embargo se puede disfrutar sin remordimientos como adulto de cualquier edad.

Iron Man es una película de superhéroes con seres de carne y hueso.

Iron Man” nos muestra de nuevo la importancia de contar con buenos actores para trascender unos personajes que no pasan de esquemáticos o insulsos: y aquí el cuarteto protagonista está portentoso. Robert Downey Jr. se come la pantalla y se redime de casi todos sus pasados pecados dando vida al científico promiscuo, insensible y despiadado que consigue tomar conciencia y redimirse en el amor y la guerra. Jeff Bridges y Terrence Howard brillan a su altura acostumbrada, uno desde el falso bien y el otro desde una discutible buena voluntad. Y hasta Gwyneth Paltrow está deliciosa y seductora en un papel anodino e inexistente que en otras manos hubiera pasado desapercibido. Ellos consiguen dotar no sólo de cuerpo sino de alma unos papeles por lo demás bastante previsibles y superficiales.

El guión no se olvida de que la acción debe estar supeditada a cierta coherencia dramática y el director se ha aprendido la tan olvidada lección que para que nos interese lo que estamos viendo, debemos de ser capaces de ver y seguir lo que pasa en pantalla y en este caso tanto la dirección como el montaje son de una transparencia y calidad notables. Además los efectos especiales sólo se utilizan cuando vienen a cuento: están al servicio de la película y no la película a su servicio, por lo que cuando hacen acto de presencia se disfrutan tanto más por su sabia dosificación. Es decir, en conjunto nada del otro jueves, acción vibrante sin lógica científica ni física, pero con coherencia interna.  Hemos soportado tanta adaptación de comics boba o soporífera, que sorprende que por una vez hayan acertado de pleno: entretener con cerebro, ideas, pasión y tensión. Parece fácil, pero no lo es. A los muchos y prescindibles antecedentes me remito.

Para leer una gran reseña, más amplia y completa, remito a la de Tarquin Winot. En lo que a mí respecta, recomendar esta entretenidísima película que te reconcilia con el cine-espectáculo de Hollywood: infatigable, intensa, veloz, intranscendente y alocada – pero deliciosa. A disfrutar se ha dicho.