Hay grupos que entran en el Olimpo y ya todo es mercadotecnia, no necesariamente excelencia. Duele, especialmente, cuando se trata de Green Day, quienes lideraron el movimiento punk en la costa oeste y hasta estuvieron de paso en Malasaña de okupas. O eso contaban y parecía creíble. Eran, no obstante, otros tiempos. Porque los de ahora son los de clink, clink, caja. Y ahí que va Billie Joe con sus dos colegas a recaudar hasta por la versión exclusiva de Rock Band. Ya en su último concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid las camisetas, sin GPS ni MP3 incorporado, salían a casi 50 euros la pieza.
Green Day Rock Band – Imprescindible para los fanáticos del trío «punk» americano
No hay novedades en la saga ni aportaciones especiales, salvo contenido a desbloquear con la progresión en el juego para más honor de los fanáticos del grupo (vídeos, entrevistas, fotografías). El universo Rock Band unido al de Green Day da como resultado un juego que no necesita otras pretensiones. Es lo que hay. Las canciones del trío americano, 47 en concreto, y la habilidad del jugador al micro o la guitarra para pasar el mejor rato posible con las melodías que le encantan. Eso sí, la diversión queda garantizada en cualquier fiesta juvenil que se precie. Tampoco cansan los únicos tres escenarios visuales del juego, elegidos por el grupo dada la trascendencia en su carrera: The Warehouse, Milton Keynes y el Fox Theater.
Si The Beatles, Metallica, Queen, Mecano o Van Halen ya tenían su juego en las distintas franquicias que abruman en la actualidad al consumidor, con un género, el de juegos musicales, que sólo ha llamado la atención seriamente en los últimos meses con el fantástico DJ Hero, que Green Day se sume es el mejor premio a la diversidad de gustos. Y su aura de legendaria banda de rock ya tiene hasta las pruebas consumadas: un videojuego para mayor loa de ellos solitos, los punks ex punks.