Este es el año del revival gamer de la mitología, más la agradable sorpresa de Dante’s inferno y el sádico God of War 3, así que sigamos culturizándonos a través del ocio, una propuesta más que sensata, que de algo servirá no sólo aprenderse esas retahílas de nombres japoneses que para nada cultivan en realidad. Así que con ocasión de la película, que la furia se desate también en la consola.
Perseo es nuestro protagonista, sacado del mar por Platón y con cualidades divinas para el combate y la valentía. Ya lo demuestra en su primera misión por el juego, contra una malvada sirena y su ejército de esqueletos. Y de eso se trata. De ir avanzado sin descanso, con diálogos necesarios con otros personajes y a veces con el lastre de lentitud que ofrecen demasiadas respuestas cortas, hasta ir eliminando enemigos fáciles a la espera de los tremendos jefes finales (el Kraken, Medusa, Polifemo…). Muy interesante, en cualquier caso, para introducirse o progresar en la necesaria mitología didáctica, amén de que los espadazos sin sangre, a estas alturas, no tienen por qué ser sólo a partir de los 16.
Furia de Titanes – El juego basado en la película
Doce tipos de armas, más sus correspondientes variantes, son las que podrá usar Perseo durante un juego ambientado tal y como es la película (también los personajes), sin tanto detalle eso sí como la actual generación de desarrolladores es capaz de conseguir. Los combates son básicos, con el sistemático uso de QTE (Quick Time Events) para acabar con jefazos o criaturas míticas, y en eso se basa principalmente la acción durante las cincuenta misiones. Estas son las bazas principales de un juego entretenido, pero quizás más humilde de lo esperado en todos los aspectos y que, por ello, deja un poso final hasta amargo: se podían haber exprimido aún mejor las posibilidades infinitas alrededor de una aventura épica tan antigua como es la del hombre moderno ante sus miedos.