Esforzándose al máximo con los Kickers

Si nos ponemos a hablar de series de deportes, hoy todo el mundo pide series como Kuroko no basket, a pesar del gran fracaso que ha supuesto el manga para la editorial Ivrea, Haikyuuu! o Eyeshield 21. No obstante, muchos olvidan que durante la década de los 90 vivimos una época dorada para el anime deportivo, y entre ellas se encuentra una gran desconocida: Ganbare! Kickers, la cuál aquí conocimos como Supergol.

Un nuevo jugador llega al equipo

El protagonista de la historia es Kakeru Daichi, un joven estudiante de primaria que se muda a la ciudad con su familia. Tiene intención de apuntarse al equipo de fútbol de su colegio, los Kickers, sin embargo, al encontrarse con el equipo se entera que este va a disolverse.

El equipo de fútbol no es que sea malo, sino que es malísimo, y no ha logrado ganar un partido desde su creación. Además, siempre pierden por una goleada que supera los 20 goles. Sin embargo, Kakeru confía que el equipo pueda conseguir mejorar, y les muestra a todos su gran habilidad. Su entusiasmo además llega al capitán del Honjo, Hikari Uesugi, el mejor guardameta de la región.

Tras un intenso partido, en el que el Kickers logra su primer gol, a pesar de su derrota, todos se llenan del espíritu de Kakeru y creen de verdad que pueden acabar siendo un buen equipo.

Esforzarse lo es todo

Lejos de lo que suelen ser las series deportivas, en las que de pronto entra un jugador al equipo que lo soluciona todo, esta serie tiene como tema principal la superación personal.

Los Kickers son un equipo sin mucha experiencia en el juego, y tan solo su portero y un par de jugadores realmente tienen buenos conocimientos sobre el fútbol, tanto en la teoría como en la práctica. Sumado a la habilidad de Kakeru, todos comienzan a entrenarse.

A pesar de que les ponen muchas trabas para ello, pues el colegio no es muy grande y el campo también es utilizado por el equipo de béisbol, encuentran nuevas formas de entrenarse en el parque o en la playa que les permiten mejorar poco a poco sus habilidades y luego aplicarlas en el campo.

Por supuesto se rompe con el esquema de “son los protagonistas y tienen que ganar siempre”, y el Kickers tarda bastante en lograr una victoria, a pesar de que si que consiguen muchos empates. Algo emocionante para un equipo que nunca antes había ganado un partido.

El humor nunca está de más, ni tampoco el romance

Una serie no puede vivir solo del deporte del que habla, también tiene que crear otras situaciones que atrapen al espectador. En ese aspecto, esta serie lo hace muy bien, gracias a su humor su “trasfondo romántico” entre algunos personajes.

Por un lado, el humor generalmente es producido por las caídas o bromas que hacen entre si los jugadores. Así como por las fans de Masaru Hongo, portero y capitán de los Kickers, que muchas veces es perseguido por estas chicas hasta el hecho de obligarle a entrar en el vestuario de chicas en el que casualmente se está cambiando la hermana mayor de Kakeru, lo que comienza generando una pequeña “atracción” entre ellos.

El tema del amor es bastante tocado en la serie, especialmente en el día de San Valentín, en el que Ayumi, la hermana de Kakeru, se está planteando si regalarle o no chocolate a Masaru. Por otro lado, Akina, la hermana de Uesugi, siente lo mismo hacía Kakeru, al que incluso le hace un muñeco personalizado a modo de amuleto para cuando va a jugar el partido contra su hermano.

El drama también forma parte de la historia

La historia también trata un poco la impotencia de los niños al no poder hacer nada frente a las órdenes de los adultos. Durante algunos episodios, algunos de los jugadores se ven obligados a dejar de jugar por la situación de sus padres.

Un padre que no quiere que su hijo juegue sino va a ser delante, otro que está preocupado porque su madre se va a volver a casar y se tendrá que marchar a Brasil… algunos episodios tratan estos temas y otros tantos, para darle un poco más de trasfondo a la historia.

No, no es un spin-off de Oliver y Benji

Cuando uno se pone a ver Supergol lo primero que piensa es “se trata de una copia de Oliver y Benji”. Pero hablemos claro, ni es una copia ni tiene nada que ver con la serie.

La serie fue emitida en Telecinco durante un parón de la popular serie de Oliver y Benji, y para darle un poco más de “gancho” se mantuvo un enorme fallo de doblaje que vino de la traducción italiana en la que Kakeru dice que en su anterior equipo jugaba en el San Francis de Benji Price, para así unir ambas series, lo que llevó a muchos a creer erróneamente que se trataba de un spin-off de la serie.

Como todas las series de la época, el doblaje de la serie cambió por completo los nombres de los jugadores, así como se censuraron muchas escenas (entre ellas la entrada de Masaru en el vestuario en el que se estaba cambiando Ayumi) y escenas que pudieran considerarse un poco más violentas. Por suerte, cuando JONU adquirió los derechos de la serie realizó un redoblaje siendo más fiel a la obra original.

Otra de las principales diferencias entre ambas series son los temas a tratar. En Oliver y Benji, quitando la actuación de Mark Lenders que se preocupa por trabajar para ayudar a su familia, todos los demás personajes solo se preocupan por el fútbol, nada más. En cambio, en Supergol se preocupan por estudiar o por como pasar tanto tiempo entrenando les puede afectar en su vida diaria. Todo esto hace que muchas veces los jugadores se planteen el dejar el equipo.

Un final diferente para cada región

Esto es algo que muy poca gente sabe, pero la serie Supergol tuvo un final diferente en oriente y en occidente. Esto se puede considerar spoilers, de modo que si no habéis visto la serie igual deberías saltar al próximo punto.

En el final de occidente, durante el partido contra el Nanjo, el Kickers pierde el partido en el último segundo, sin lograr meter gol. Sin embargo, en el final original, que fue el que se emitió en Japón, los Kickers logran empatar el resultado e ir a la ronda de penaltis. Al final, debido a la lesión que Uesugi recibió en la cabeza, acaban ganando el partido.

Seguramente el motivo de que en occidente no fuera emitido se debió a que no vieron adecuado emitir una serie infantil en la que un portero cada vez se desangraba más en cada penalti y la cantidad de sangre de la misma. Por otro lado, el final de occidente es muy apreciado por muchos, ya que rompe con el esquema de “los protagonistas siempre ganan”.

Un clasicazo, pero sin mucho éxito

A día de hoy esta serie se considera todo un clásico, pero por desgracia nunca ha recibido el trato que se merece. En Japón, por ejemplo, de los 26 episodios en la televisión únicamente se emitieron 21, los otros 5 solo se pudieron ver en su versión física. Algo bastante extraño, dado que el manga si que fue bastante popular y su autor, Noriaki Nagai, que en 1987 recibió el premio Shogakukan por ser el mejor manga para niños.

En España tampoco podemos decir que su paso fuera muy glorioso. Su emisión fue bastante tosca, censurada y con una traducción pésima, y dado que todo el mundo la comparaba con Captain Tsubasa no consiguió muchos adeptos. El merchandaising tampoco fue muy “destacatado” salvo algún álbum de cromos de Panini. Cuando JONU trajo el anime, el cuál lanzó en dos packs, era la oportunidad de recuperar la serie gracias a su nuevo doblaje, e incluso la editorial Banzai Comics trajó el manga en una edición de doble tomo. Pero sus ventas fueron tan malas que acabó cancelándola en el cuarto tomo.

Aún así, esta serie consigue más seguidores con el paso de los años, y quien tenga la oportunidad de disfrutarla no debería dejarla pasar, porque le encantará el toque infantil y el afán de superación de los jugadores del Kickers.