Entrevista al coleccionista: Enrique Luque De Gregorio

 

1.Explíquenos algo sobre la persona que hay detrás de su colección.

Me llamo Enrique. Soy escritor, y desde hace casi diez años escribo en revistas y webs, sobre todo de videojuegos. Profesión que procuro compaginar con mi principal vocación, la literatura. Aunque en realidad, consiste en casi lo mismo: escribir. Dentro de poco saldrá mi nuevo libro, «Humanidad Artificial«, publicado por Libralia y co-escrito por Alejandro Pascual y Víctor Meroño.

2. ¿Cuándo nació su pasión por coleccionar?

Dice Umberto Eco que «la vida solo sirve para recordar la infancia». Con ciertos matices, estoy de acuerdo. Nunca tuve una intención definida por coleccionar, sino que fui adquiriendo cosas que tenía o hubiese querido tener de niño. Poco a poco la cosa fue aumentando. Y también el hecho de dedicarme profesionalmente a esta industria, la de los juegos, ayuda a que crezca mi colección, como es lógico.

3. Hay colecciones eclécticas y otras especializadas, ¿cómo definiría la suya?

Personal. Nunca he intentado tener una colección enorme para presumir delante de los amigos o de gente en Internet. Simplemente fui haciéndome con cosas que para mí tenían algún significado. Aunque nunca pensé que el abanico terminara abriéndose tanto.

4. ¿Qué cree usted que diferencia su colección de otras similares?

Que no me obsesiono por ella. He conocido a muchísima gente incapaz de pensar en otra cosa que no fueran videojuegos. Y muchos de ellos al final terminan vendiéndolo todo y aburridísimos. El coleccionismo es como las relaciones de pareja, si lo exprimes demasiado, terminas hasta las narices antes o después.

5. ¿Cómo ha evolucionado su colección y sus criterios coleccionistas con el tiempo?

No sabría decirte. Quizás con los años me he vuelto más selectivo. Tal vez por un tema de espacio y de tiempo.

6. ¿Qué opina sobre la importancia del estado de conservación de los artículos?

Nunca me ha preocupado demasiado. Esa es una línea que cada persona marca, supongo. Y siempre me ha dado un poco de miedo estar más preocupado porque las cosas no cojan polvo, o falte un manual que por disfrutar, que es de lo que se trata. Al menos para mí.

7. ¿Hay algún artículo en particular que le hubiera gustado comprar pero no pudo?

Muchos. Sobre todo en los últimos años el precio de algunos títulos se han disparado. Juegos clásicos de Súper Nintendo y cosas por el estilo. Nunca he gastado cantidades tremendas en un solo videojuego.

8. ¿Ha vendido algún artículo para poder comprar otros que le interesaban más?

Lo cierto es que no. Casi nunca he vendido nada. Si he tenido algo repetido o cosas así, se lo he regalado a algún amigo antes de haberlo vendido.

9. ¿Tiene algún artículo en su colección que valore por encima de los demás?

Aunque no se trate exactamente de videojuegos, tengo un especial cariño a los libros que publicado o a los números de revistas en las que he participado. También algunos juegos, como el Symphony of the Night de PSOne son importantes para mí, por haber sido regalos que me han hecho.

Publicaciones de Enrique Luque de Gregorio

10. ¿Se ha encontrado en alguna situación coleccionista donde la ética fuera cuestionable?

Sí, claro. Hay mucha gente que vende juegos para sacar dinero. O incluso que compra varios esperando que se revaloricen. No digo que sea inmoral, al fin y al cabo cada uno hace lo que quiere, pero yo jamás he pensado así. Nunca he sentido esto como un negocio, sino como algo más emotivo.

11. ¿Qué opinión le merece el estado actual del coleccionismo en su disciplina?

Eso es algo que va en aumento. La industria de los videojuegos es todavía relativamente joven. Supongo que con los años será casi imposible comprar tal o cual artículo. Cualquier aficionado a lo retro, por ejemplo, habrá notado como se han disparado los precios de muchas cosas en solo unos años. Quizás porque lo retro se haya puesto de moda de aquí a un tiempo.

12. ¿Cuál ha sido la mayor sorpresa que ha tenido como coleccionista?

Muchos amigos me han dado juegos «viejos» porque ya no los usaban o los tenían en casa acumulando polvo. Ha sido todo un detalle por su parte.

13. ¿Cuáles son sus objetivos como coleccionista a corto y a medio plazo?

Imagino que cada vez me iré haciendo más específico. Me refiero a que compraré cosas que realmente esté seguro de que vaya a disfrutar. O eso o necesitaré alquilar un almacén o algo así para meter todo lo que tengo.

14. ¿Avista los límites de su colección o todavía no tiene un final definido?

No, hay demasiados juegos que me interesarían. Más que terminar, dependerá del tiempo y de las ganas que tenga de buscar. Ahora mismo estoy bastante ocupado con el trabajo, los libros y diferentes proyectos. No puedo dedicar tantos esfuerzos en ningún sentido a hacerme con juegos de segunda mano.

colección de Enrique

15. ¿Cuál cree que será el destino de su colección?

¡Sabe Dios! Primero tendría que pensar cuál quiero o pienso que será el mío propio. Y ni siquiera a esa pregunta te podría dar una respuesta cien por cien segura a día de hoy. Hacer planes tan a largo plazo casi nunca lleva a ninguna parte. Prefiero disfrutar del presente e ir paso a paso.

16. ¿Qué has aprendido de tus errores como coleccionista?

Sobre todo lo que te comentaba antes. Esta es una afición que puede llegar a obsesionar. Y las obsesiones nunca traen nada bueno. En mi opinión, coleccionar juegos o lo que sea puede ser una parte bonita de tu vida, pero no debe de convertirse en tu vida. Es solo mi opinión, claro…

17. ¿A qué coleccionista le gustaría que entrevistáramos?

Hay mucha gente con la que he trabajado en el sector de los videojuegos que lleva muchos años dedicándose a esto, y tienen colecciones impresionantes. Pero muchos están muy ocupados con sus familias y demás. ¡Dudo que tengan tiempo para conceder entrevistas, me temo!

18. ¿Qué ha aportado el coleccionismo a su vida? ¿Te ha ayudado ser coleccionista como escritor?

Me ha ayudado a hacer lo que me gusta, que es escribir. Considero que soy todo un privilegiado. Puego llegar a fin de mes y vivir haciendo lo que mejor se me da. Si no fuera por los videojuegos, hubiese sido mucho más complicado. Así que estoy muy agradecido.