The Elder Skrolls V Skyrim

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En tiempos de fuegos de artificio, donde casi el más torpe firma auténticas pasadas de muerte y destrucción y exprime casi toda la capacidad de las consolas de última generación, llega Skyrim para reivindicar la grandeza de sentirse parte de una aventura épica y dejar como poso el aura de vivir toda una experiencia jugable, para no sólo asistir como espectador, que también entretendría lo suyo por la calidad visual superior. Es así, pues, como Skyrim entra pronto en nuestros corazones para quedarse y proponer horas de entretenimiento emotivo.

The Elder Skrolls V Skyrim – Una maravilla para el disfrute de las sensaciones

Con la letra de la canción de los Sangre de Dragón empieza la epopeya de The Elder Skrolls V: Skyrim. Estamos presos y nos van a ejecutar. Pinta mal, pero rápidamente nos dan a elegir entre Noruego, Orco, Khajiita, Imperial, Guardia Rojo, Elfo oscuro, Bretón, Argoniano o Alto Elfo. Es decir, en la variedad y profundidad está una de las claves por las que Skyrim embelesa y engancha. Pronto configuramos con detalle a nuestro protagonista y, en una memorable escena (ojo, spóiler), algo impedirá nuestra ejecución con los rebeldes de las Capas de la Tormenta.

The Elder Skrolls V Skyrim

Todo arranca en esta inolvidable aventura de castillos, mazmorras y mágicos mundos perfectamente plasmada con la firma de un grande, Bethesda, que sitúa la historia 200 años después de la recordada Oblivion. Una experiencia en toda regla que hay que vivir para disfrutar de majestuosos escenarios y de la permanente interactuación más el catálogo de opciones que todo clásico del rol ofrece, en un título que se sube al podio de los mejores de este 2011 tan pródigo en tribulaciones más convencionales.