Dinasty Warriors 7

Alcanzar el número 7 en una saga ya tiene mérito. Esa capacidad de ofrecer buen producto con el aval de una cada vez más selecta audiencia en estos tiempos de sobredosis de información en tiempo real es uno de los méritos de Dinasty Warriors. Ahora llega la séptima entrega, recién probado el Samurai Warriors 3.

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Y más de lo mismo en realidad. Cambiemos espartanos por guerreros de la China feudal y su historia de los tres reinos, en modo conquista o historia, mandoble arriba, mandoble abajo, al frente de los Wei, Jin, Shu o Wu con cinco niveles de dificultad. Elegimos al reino de los Shu por fonética y nos enfrentamos a los turbantes amarillos, en un juego que está en inglés subtitulado al español, que se agradece. Y triunfamos. Sin remisión. Batallas masivas, con nuestro héroe incansable acumulando víctimas en la orgía de sangre mientras recoge valiosos símbolos flotantes, es la repetición de una fórmula que tiene su éxito aunque ya no aporte nada más que horas de combate a la espera de los jefes finales, esos que se nos resisten un poco más en el fragor de la batalla, lo mismo que capitanes y generales durante los encuentros sin perdón.