Hay un color que nos fascina desde la niñez. Es el amarillo oscuro de la maquinaria de obra. A esa devoción (existe un poderoso mercado europeo, por ejemplo, de compra venta de miniaturas de maquinaria a más de 100 euros la pieza) se entrega en cuerpo y alma Digger Simulator 2011. Y no hay sorpresas, sino satisfacción. Dominar todo tipo de máquinas y tratar de superar los retos fijados para un trabajo profesional es el objetivo de un juego con gráficos correctos y logrados. Pero el ‘core’ de este Digger no está en la visualización, sino en el adictivo control de la maquinaria.
Digger Simulator 2011 -Los bulldozers ya no tienen secretos
El apartado llamado misiones, una vez probado el juego libre para hacernos con la maquinaria y los conceptos de jugabilidad, tiene su atractivo para exprimir todo tipo de opciones, desde el pozo de gravilla al uso de un bulldozer en el parque de atracciones. Cuanto mejor lo hagamos, más misiones desbloquearemos para probar la satisfacción de manejar maquinaria especializada con precisión. El teclado de nuestro ordenador se convierte en nuestro mejor amigo, en la extensión hidráulica de una forma de vida, participar activamente de las obras, esas que construyen un mundo mejor y, en este caso concreto, nos entretienen.