Blackwater

BlackwaterHay una corporación llamada Blackwater fundada por un ex Navy Seal que ha trascendido su ámbito de actuación en Oriente Medio, especializada en la protección militar de los contratistas americanos, para dejar una estela de mito con dudosa reputación por el concepto paramilitar.

Este ejército paralelo, con todo lo que conlleva, alcanza las consolas y el fenómeno Kinect para ofrecer un título de acción en primera persona donde también es posible jugar con el mando convencional de la Xbox. Es hora de simular que somos un mercenario, con el lenguaje de signos tan peliculero que ya conocemos. Ahora toca interactuar con la Kinect

Blackwater – La hora de los mercenarios

Campaña y partida rápida son las opciones jugables del menú. Estamos en una ciudad de África, continente perfecto para los desmanes de todo tipo, y debemos defendernos en lugares y situaciones comunes, muy Black Hawk derribado: convoys, la sede de la ONU, el puente, el hotel, base militar y por las calles. Todo reconocible. A la hora de jugar, y tras pasar por el recomendado entrenamiento, Blackwater es lo que es, un shooter de raíles donde el método consiste en disparar sin armas en la mano por lo que se recomienda usar algo que lo simule, que se hará menos raro.

En la guerra contra el terror, el modo campaña se hace recomendable para poner a prueba la dificultad a la que te lleva este título incluso en el modo muy fácil. Con tesón, y pese a la frustración que produce tener que reiniciar nivel unas cuantas veces, es posible ir avanzando entre disparos, recargas, patadas en las puertas, saltos y granadas. Un sin vivir que exigirá lo mejor de nosotros mismos.