Genero: Juego de conducción- Empresa: Sony
- Fecha de lanzamiento: Ya a la venta
- Precio/plataorma: 39,95 euros para PS2 y 36,95 euros para PSP
- Edad recomendada: PEGI 12+
Motorstorm Arctic Edge detaca por su música de lo más granado del garaje rock (suenan hasta los suecos The Hives y eso es muy, muy grande e inesperado), fácil jugabilidad y mucha velocidad sobre la nieve, con impactantes accidentes a cámara lenta de tal manera que son quizás lo mejor del juego. Todo esto hace de Motorstorm una franquicia de Sony para disfrutar sin complicaciones y sin esperar notables alardes. Es lo que hay. Tirar siempre para adelante, intentar echar al otro de la pista y sobrevivir a estos autos locos. No es conducción realista, sino bestial, pero lo que importa es siempre lo mismo: llegar antes que nadie.
Tras seleccionar el idioma, el vídeo de presentación no puede ser más seductor: helicópteros, contenedores, pistas de nieve, autos locos, música estridente, coches, camiones, motos, trineos… Que comience el espectáculo. Y a eso vamos, aunque lo que llega después no se parece tanto a lo que se han trabajado en el videoclip. Pero la diversión te hace olvidar pronto la ‘fantasmada’ previa.
Análisis: Motorstorm, Arctic Edge es un juego divertido dinámico y rápido, ideal para la PSP
Con 7 de 24 pilotos posibles ya desbloqueados sin haber corrido un metro (se agradece tanta libertad dentro de esta moda de no poder acceder a casi nada si no te lo ganas y ¡hemos pagado!), creamos el perfil y nos dan a elegir entre festival, diversión violenta, garaje y opciones. Evidentemente, elegimos diversión violenta. Muchos circuitos que elegir (Anguta Glacier es el nuestro) y un vehículo siempre sugerente, el mítico Buggy de las arenas playeras adaptado a la nieve. Corremos a saco y quedamos quintos un par de veces. Descontentos, ya queremos la opción de festival, en el que hay que ir sumando podios para ir desbloqueando opciones. Y ahí es más sencillo aún. ¡Victoria! Ya está dominado. A quemar el propulsor manual, otro de los atractivos de un juego que no hace historia pero que entretiene. Todo un triunfo.