15 años de Final Fantasy X

Hoy hace 15 años desde que salió la primera entrega de Final Fantasy X. 15 años desde que el último gran juego de la saga salió al mercado, convirtiéndose en uno de los más apreciados por parte de los fans. Repasemos lo que ha dado de si esta entrega durante esta década y media.

Una historia totalmente nueva y mágica

Hasta Final Fantasy VI los videojuegos se centraban en mundos medievales pero con una tecnología algo avanzada que les permitía utilizar barcos voladores. En Final Fantasy VII y VIII buscaron acercarse un poco más al público con aventuras en mundos más modernos. Con Final Fantasy IX regresaron al mundo medieval de anteriores entregas, pero con Final Fantasy X lograron crear una aventura mágica.

Tidus es el jugador estrella de los Zanakard Abes, el equipo de blitzball más famoso de la ciudad. Pero durante el partido una extraña criatura ataca la ciudad y la destruye por completo. Tidus intenta escapar con ayuda de Auron, un antiguo amigo, pero es absorbido por la criatura y es trasladado al mundo de Spira.

15 años de Final Fantasy X

No comprende nada de lo que ha pasado y todo para él le resulta nuevo y confuso. En Besaid Island conoce a Wakka, el capitán de los Besaid Aurochs quien tras ver su potencial le pide que se una al equipo y además decide echarle una mano para que pueda encontrar a alguien conocido en la ciudad de Luca. En la aldea conoce a Yuna, una invocadora novata que va a emprender su peregrinaje para conseguir el eón supremo para poder vencer a Sihn, la criatura que destruyó Zanakard y llevó a Tiuds a Spira.

En su viaje Tidus irá descubriendo muchas cosas sobre Spira y de él mismo, entre otras cosas lo que sucedió con su padre, al que tanto odia y su relación con ese mundo tan extraño para él.

Llevando a un nuevo nivel los combates de los RPG

Final Fantasy X cambió un poco la forma de como se podían jugar los combates por turnos en los RPG. Durante los combates, si el jugador lo deseaba, podíamos cambiar a un personaje por otro tan solo pulsando un botón, lo que permitía elaborar mejor una estrategia, así como también repartir la experiencia del combate entre todos los personajes.

Cada personaje que podemos utilizar tiene un rol (lo que en anteriores entregas se conoce como sistema de trabajo). Por ejemplo, Yuna es invocadora y maga blanca, Lulu es maga negra, Riku es ladrona, Kimarhi es un ladrón de habilidades…. y así cada personaje ocupa un rol importante en las batallas.

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Aunque cada uno tenga sus habilidades, todos los personajes pueden aprender las habilidades de todos una vez que se ha avanzado suficiente en el juego y se ha conseguido bastantes puntos para subir en el tablero de esferas.

Cada personaje cuenta con sus ataque turbo, siendo posible conseguir más según se vaya avanzado en el juego y se vayan cumpliendo unos requisitos. En el caso de Tidus hay que utilizar una habilidad turbo una determinada cantidad de veces, con Wakka hay que derrotar a un determinado número de monstruos y luego ganar un campeonato de Blitzball, con Auron hay que conseguir unas esferas especiales…. Cuánto de mayor nivel es el ataque turbo más fuerte será, así que hay que entrenar mucho para volver fuerte y tenerlos todos para los combates más importantes.

Controlando por primera vez a las invocaciones

En esta entrega las invocaciones reciben el nombre de Eón. Algunas clásicas de la saga regresan, como Shiva, Ifrit o Bahamut, mientras que otras se estrenan como Valefor o Ánima.

En juegos pasados al invocar a una de estas criaturas sucedía una animación en la que lanzaban un ataque especial con el que dañaban al enemigo y consumían los PM del invocador. No obstante, en Final Fantasy X solo Yuna puede invocarlos, pero en esta ocasión no consumen sus PM ni solo se limitan a un ataque especial.

No, en esta entrega los Eón aparecían en el campo de batalla como un personaje jugable más al que podíamos controlar. Un Eón puede atacar físicamente, utilizar su ataque único o lanzar magia a los enemigos. Cuando se ha cargado su indicador turbo, por los ataques que hemos hecho o el daño recibido, el Eón puede utilizar su técnica especial.

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Cada Eón tiene sus propias técnicas especiales (curiosamente Valefor es el único que cuenta con dos) y sus habilidades mágicas propias, aunque estas las podemos aumentar, así como su fuerza, defensa, rapidez y demás atributos con una serie de objetos.

No obstante, hay un éon al que no se podrá controlar, y es Yojimbo, el considerado más fuerte del juego. Es la versión de este juego de Odín se podría decir. Para que Yojimbo ataque tendremos que pagarle giles, e irá realizandos sus técnicas de manera totalmente aleatoria. Ultraesgrima es la versión de Excalibur de esta entrega y puede matar a cualquier enemigo con un solo golpe, sin importar que sea un jefe. Pero que la utilice es muy aleatorio. En el caso de no pagarle un gil se marchará.

La mayoría de eón se consiguen como parte de la historia, pero hay otros que se consiguen cumpliendo una serie de requisitos. Por supuesto estos son los Eón más poderosos y vale mucho la pena intentar conseguirlos.

Subiendo de nivel gracias a un tablero de esferas

Por norma general, en un RPG se sube de nivel tras haber alcanzo una determinada cantidad de experiencia durante los combates y esto sube los atributos de los personajes. Pero en el caso de Final Fantasy X no es así, sino que se creó un curioso sistema de aumento de atributos denominado tablero de esferas. Al principio del juego se puede elegir si se quiere el tablero de esferas principiante o el avanzado (en el que es más díficil conseguir determinadas habilidades).

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Cada personaje empieza en un determinado punto del tablero de esferas, y para poder desplazarse hay que conseguir PH (Puntos de Habilidad) que se reparten entre los personajes que han participado en las batallas tras los combates. Pero no es lo único que hay que conseguir, ya que cada esfera del tablero se activa con una esfera en específico para cada casilla del tablero: unas aumentan la vida, otras el ataque, otras permiten aprender magia negras, otras magia blanca…. Además, las habilidades más poderosas están selladas con esferas candado de diferentes niveles (según la potencia de la habilidad), y para conseguirla hay que obtener unas esferas especiales para desactivar el bloqueo.

Una vez que con un personaje se ha completado su parte del tablero, puede pasar al de otro personaje para seguir aumentando sus habilidades.

Blitzball, un minijuego muy querido por los fans

Final Fantasy VII tubo los minijuegos del Gold Saucer. Final Fantasy VIII el juego de cartas, así como Final Fantasy IX. De modo que Final Fantasy X no podía ser menos al tener un minijuego que los jugadores no quisieran jugar solo una vez, sino jugarlo una y otra vez. Y así es como nació el Blitzball.

Se trata de un deporte que se juega en una esfera de agua en el que los jugadores tienen que irse pasando el balón con las manos, o con el pie si usan una habilidad, para meter gol en la portería contraria. Para evitar el paso del rival están permitidos los golpes, así como utilizar habilidades especiales de ataque tales como una que envenene al rival o lo duerma.

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Casi como si imitasen a Captain Tsubasa, existen una serie de chuts especiales. Algunos, como los exclusivos de Tiuds, le permiten aumentar la potencia de sus tiros, otros evitan a los rivales y otros les reducen sus atributos si tocan el balón intentando evitar que llegue a portería.

A este deporte no jugaremos hasta que hayamos llegado a Luca, y tras el campeonato podremos ir reclutando a jugadores que están repartidos por toda Spira. No es obligatorio jugar a este deporte, pero en las ligas y torneos que se realizan hay premios muy valiosos como los ataques turbo de Wakka u objetos raros de conseguir.

Un mundo repleto de secretos por descubrir

Final Fantasy X no podría considerarse un juego de la saga si no tuviera secretos por descubrir durante la aventura. No todo se limita a la historia principal, ya que también hay muchas otras cosas que investigar, como zonas que están ocultas por el mapa o los templos de los oradores ocultos donde se consiguen a los eones más poderosos.

Pero aparte de esto hay otras cosas que encontrar. Una de ellas son por ejemplo las armas de los 7 astros. Son las armas más poderosas del juego, y aunque lo que son los objetos en si no son díficil de conseguir, si que es algo más díficil dar con los objetos que nos permiten liberar su poder oculto. Cada personaje cuenta con su propia arma de los astros y con ella no solo pueden causar un daño superior a 9.999, sino además subir sus puntos de vida más allá de esa cifra. El obtener estas armas no solo ayuda a aumentar los atributos de los personajes, sino también de los eones. Cada arma de los 7 astros permite a un Eón superar los 9.999 puntos de vida y de ataque.

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Esto es importante, porque cuando la aventura este ya completa más o menos por un 80%, habrán oradores que ataquen a Yuna con sus eones oscuros, los cuáles son muy poderosos. Eliminarlos no es nada fácil por la gran cantidad de puntos de vida que tienen. A esto hay que añadirle que una vez que se han derrotado a todos los eones oscuros aparecerá un último Eón, muchísimo más fuerte.

Otro de sus extras son encontrar las esferas de Jetch, el padre de Tidus, que están repartidas por toda Spira y permite al jugador descubrir partes del viaje que vivió con Auron y el padre de Yuna. Al irlas reuniendo se pueden conseguir nuevos ataques Turbo para Auron.

La caza de monstruos aparece en esta entrega de una forma novedosas. Hay armas que permiten capturar a los montruos por toda Spira. Según los vayamos consiguiendo, el adiestrador de monstruos conseguirá crear nuevas criaturas, cada vez más poderosas. Un reto muy interesante para los que no quieren quedarse solo en la historia principal.

Un jefe final bastante decepcionante

A lo largo del juego el jugador se enfrentará con jefes realmente complicados. Aunque en realidad ningún jefe es complicado si se ha entrenado lo suficiente a lo largo de la aventura.

Aún así, cuando uno llega al final de un RPG se espera que el último enemigo sea muy poderoso. Algunos RPG han tenido enemigos realmente complicados como The legend of dragoon con su jefe final al que había que vencer en cuatro combates o el combate final en Final Fantasy VIII que está repartido en varios combates. Sin embargo, el enemigo final de Final Fantasy X decepciona mucho.

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Si se ha subido bastante de nivel se le puede vencer de un solo golpe. Pero si el jugador es un novato y no lo ha conseguido, entonces se puede vencer fácilmente utilizando el ataque zombi y luego un plumaje fénix. La mayoría de jefes del juego son invulnerables a los cambios de estado, pero no es el caso del jefe final. A esto hay que añadirle que los personajes cuentan con autolázaro, por lo que no pueden morir por más que sus puntos de vida se reduzcan.

Algo vergonzoso para un Final Fantasy, lo que destrozó un poco el juego.

A revivir los mejores momentos del juego en el teatro

La banda sonora de Final Fantasy X consigue que haya muchos momentos a los que uno le gustaría verlos una y otra vez. Pero en aquella época no era tan fácil encontrar dichos vídeos en youtube para reproducirlos tantas veces como uno quisiera como ahora.

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De modo que los desarrolladores crearon un teatro en el que se podía escuchar por un lado su fantástica banda sonora sin necesidad de comprar la BSO y volver a ver los vídeos CGI del juego. Uno podía disfrutar durante horas en ese teatro viendo sus vídeos, sin duda.

Su historia continúa en X-2

Con la versión internacional del juego salió un DVD títulado Eternal Calm, que en occidente se rebautizó como Another Story.

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Una serie de historias cortas que mostraba como era ahora Spira sin tener que preocuparse por el regreso de Sinh. En estos vídeos, Rikku acude a Yuna porque ha encontrado una vídeo-esfera en la que aparece alguien muy parecido a Tidus, y le propone a Yuna convertirse en una cazaesferas junto con ella para poder traer de nuevo de vuelta a Tidus.

Esto fue lo que dio lugar a Final Fantasy X-2, convirtiéndose en el primero Final Fantasy con una secuela oficial y para muchos considerado el final de la saga Final Fantasy.

Es el turno de cazar esferas

La historia de la secuela se desarrolla 2 años después de la original. Yuna forma equipo con Rikku y Pain, siendo las Gaviotas, un equipo de caza esferas que están tras pistas para poder encontrar a Tidus.

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Pero no son las únicas que están buscando las esferas que hay repartidas por toda Spira. Es más, hay algunas esferas que algunas personas no quieren que se descubran y eso hará que se pongan en peligro, no solo por los monstruos.

Un avance más en el sistema de combate por turnos

Si Final Fantasy X revolucionó los combates por turnos, el X-2 lo llevo un poco más allá. Los combates eran en tiempo real y los personajes no volvían a su posición inicial tras el ataque, sino que se quedaban en el mismo punto desde donde habían atacado. Esto podía provocar en ocasiones que recibieran más daño de los enemigos al estar más cerca.

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Como solo se controlaban a tres personajes, en esta ocasión no se podía realizar el cambio de personajes como en la anterior entrega, ni tampoco se reclutaban a más personajes.

Llegan las vestiesferas al sistema de combate

En Final Fantasy X cada tipo de personaje tenía unas habilidades únicas, como si el sistema de trabajos hubiera regresado de forma fiel como antaño. No obstante, en Final Fantasy X-2 se quiso hacer más fiel aún, y para ello se inventó el sistema de vestiferas.

Al principio del juego Yuna será una pistolera, Pain una guerrera y Rikku una ladrona. Podremos cambiar entre ellas las diferentes habilidades con las vestfieras si lo deseamos. Y a lo largo del juego se van consiguiendo nuevas vestiesferas, como maga blanca, mago negro, berseker…. hasta un total de 14 con tres vestiesferas exclusivas para cada personaje.

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Cada vestiesfera otorga habilidades únicas y se pueden cambiar entre una y otra en medio del combate, apareciendo una animación de como las chicas se van cambiando sugerentemente de ropa durante la transformación.

En la versión internacional del juego se incorporaron tres vestiesferas más: Omatshurishi en el que vestían kimonos, Saikikka en la que llevan uniformes de Instituto japonés con unas gafas futuristas y Bare en la que van vestidas con pijamas y únicamente pueden dar bofetadas.

Rompesferas, el nuevo minijuego de la entrega

Cada nueva entrega de la saga sorprende con un nuevo minijuego, y en esta ocasión no podía ser menos. Así es como nació el minijuego rompesferas.

En este juego el jugador tenía que ganar al rival rompiendo todas sus esferas. Un juego que guarda bastante similitud con los juegos de cartas de Final Fantasy VIII y Final Fantasy IX, aunque un poco más complicado.

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Lo podremos jugar siempre que queramos al encontrar un rival, pero en partes de la historia será obligatorio enfrentarse a rivales para lograr conseguir habilidades vestiesferas más poderosas.

Destruyendo el Blitzball

Casi parece que la compañía le quería dar todo el protagonismo al nuevo minijuego de rompesferas, porque el juego del Blitzball se lo cargaron.

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Se podrá volver a jugar a este juego, pero con la diferencia de que ahora ya no se podrá controlar a los miembros del equipo. Solo podremos elegir a los jugadores que van a jugar, las técnicas que usarán, entrenarlos para que mejores sus atributos y luego esperar a que ganen un partido, si es que lo consiguen. Algo bastante triste si tenemos en cuenta que el juego original ya tenía todo el minijuego hecho y solo había que portarlo a la secuela.

Varios finales en base a lo que hagamos en el juego

Al contrario que su antecesor, en el juego de Final Fantasy X-2 iremos completando misiones que irán aumentando el porcentaje del juego que hemos completado.

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Un total de 6 posibles finales que variarán según la cantidad del juego que hayamos completado y algunas decisiones que hayamos tomado a lo largo de la aventura. Está claro que el mejor final es el sexto, el considerado oficial y perfecto, pero para lograrlo hay que completar el 100% del juego además de tomar algunas buenas decisiones a lo largo de la aventura.

Y años después, su remasterización

Con la aparición de las remasterizaciones de videojuegos de Playstation 2 en Playstation 3 estaba claro que Square-Enix no iba a dejar escapar a una de sus gallinitas de oro. De modo que en 2014 lanzaron una remasterización del juego, con nuevas texturas y un completo lavado de cara, en una entrega que recopilaba tanto Final Fantasy X como Final Fantasy X-2.

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Ambas versiones de los juegos eran las versiones internacionales, por lo que incluían los extras de estas ediciones. Su éxito en PS3 fue rotundo, lo que llevó a la compañía a hacerle un mejor lavado de cara para poder lanzarlo también en la consola PS4.

Sus apariciones en otros juegos

Algunos personajes de la entrega no se limitaron a quedarse en este juego. Como ya pasó con otros personajes de Final Fantasy, algunos están presentes en Kingdom Hearts.

Tidus y Wakka son dos niños que son amigos de Sora, el protagonista de la entrega, junto con Selphie. Estos aparecen en su primera entrega. En la segunda, Auron (en su versión joven) aparece como un personaje que está viajando por el inframundo, y el equipo de las Gaviotas aparecen como tres hadas que ayudan a Sora en su viaje.

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Tidus fue el primer personaje jugable en la saga Dissidia que mezclaba a los personajes de todas las entregas de la franquicia, para luego incluir a Yuna como otra personaje jugable. También se espera que estén en la nueva entrega de la saga, además de incluirse a algún otro personaje.

El atuendo de Yuna, además, puede ser utilizando por Lighting en Final Fantasy XIII-3 como un traje adicional para aprovechar algunas de sus habilidades.

Un juego que permanecerá en las memorias

Resulta bastante díficil de creer que ya han pasado ni más ni menos que 15 años, pero así es. 15 años desde que salió este fantástico juego que tantas experiencias dejó en el corazón de sus seguidores. ¿Es posible que algún día en lugar de una remasterización se pase a un remake? Cuesta de creer con lo que ha tardado Square-Enix con Final Fantasy VII remake, pero nunca se sabe, todo es posible.

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